FincaElBosquecillo 1995–2020
Reflexión sobre los 25 años de este caminar

La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar. Eduardo Galeano

Cuando nos reunimos el equipo de la finca: Marco, Amadeo, Gaby y yo (María Elena) actualmente un pequeño número de personas, para buscar en nuestra memoria histórica los 25 años trascurridos en el pro- ceso de la finca; (es un gran privilegio contar con Amadeo y don Marcos; personas que han estado presente en todas las etapas de este proceso), nos preguntamos ¿cómo plasmar en el papel 25 años de vida? ¿Cómo hacer presente lo vivido?

Cuando han transcurrido 25 años en la vida de una persona, este trascurrir ha estado lleno de experiencias, de grandes y pequeños momentos, de aciertos y desaciertos, de alegrías y tristezas, de pérdidas y ganan- cias; pero todos estos hechos la han convertido en lo que es. Tal vez esta persona, tenga una carrera, una familia, o haya perseguido una causa para beneficio de su comunidad. No lo sabemos con certeza, pero nos sirve como referente para señalar el camino recorrido.

¡25 años! toda una vida; en la cual se ha reído, se ha disfrutado de triunfos, avances y retrocesos, pero siempre guiados por ese sueño inicial: “Construir un mundo donde quepan todos y todas”. Esa utopía que como dice Eduardo Galeano; nos ha servido para caminar, para no detenernos, con el convencimiento que tenemos de ser parte de la solución; que debemos ayudar a forjar un país mejor, un mundo mejor para estas y futuras generaciones, teniendo presente que el reino es aquí y ahora; tal vez parezca un tarea titánica, casi imposible, pero como en el cuento del colibrí: cuando se estaba incendiando la selva y todos los animales huían y solo el colibrí traía agua en su pequeño pico para apagar el fuego; a pesar de lo grande que parezca el problema, nos hemos comprometido a hacer nuestra parte.

Muchas cosas insignificantes para muchos quedaran plasmadas aquí, tal vez se nos pase de largo lo trascendental, pero estamos conscientes que este documento es un punto de partida para el futuro; es una oportunidad para poner a prueba nuestra capacidad de cuestionarnos, de romper nuestras certezas; para evidenciar aquello que no nos deja avanzar, que en determinado momento nos devuelve unos pasos atrás de lo caminado. Pero la gran esperanza es que nos ayude a llenarnos de vitalidad para el futuro, que nos permita incluir en el equipo nuevas voces, voces de mujeres, voces de comunidades afros, indígenas, personas que luchan por el medio ambiente, voces de los excluidos; que nos alimenten y fortalezcan este proceso.

En todos los espacios en los que interactuamos como equipo, ya sea el equipo finca o con el equipo de apoyo, sean estos: reuniones de planeación, estudio y evaluación, la pregunta que siempre está presente es: ¿realmente hemos incidido en la vida de los niños, niñas, jóvenes y personas adultas? Y si hemos incidido: ¿ha sido esta incidencia suficiente para lograr transformaciones que trasciendan el ámbito familiar y se proyecte a la comunidad?

Esta pregunta ha tenido múltiples respuestas y en ocasiones depende mucho de la coyuntura que se esté viviendo en el momento, respuestas como: no hemos hecho lo suficiente o es tan compleja la situación que nuestro trabajo es solo un granito de arena, hay tanto por hacer; y cuando vemos con asombro como cada día se asesina un líder o lideresa más, o a un joven, niño o niña y como estos hechos no conmueven
o cuestionan a la totalidad de la población, nos llenamos de desesperanza y sentimos que nuestro trabajo, nuestra filosofía y visión del mundo, del respeto por la vida, por la naturaleza, por la búsqueda de una vida digna y equitativa para hombres y mujeres, no encuentra cabida en una sociedad como la nuestra. Pero sin embargo sigue siendo válido luchar por ella y es que en los momentos en que vemos que los jóvenes, niños y niñas, están haciendo la diferencia en su comunidad y luego vienen a la finca a compartir sus conocimientos con los otros, otras, es allí donde nos llenamos de fe, esperanza y vitalidad. Por eso es que siempre ele- gimos nuestra opción por los excluidos, a pesar de las decepciones y de las angustias que produce ver como nuestro país no valora a su gente, a sus jóvenes, niños y niñas. Eso significa que el proyecto del Bosquecillo es una opción preferencial por la vida y por la defensa de esa vida, desde un convencimiento que la expresión de nuestro ser espiritual solo es posible si actuamos en pro de un mundo distinto donde todos y todas tengamos cabida.

La visión de trabajo que ha estado presente se base de manera especial en el:

Trabajo colectivo
Se concibe el trabajo colectivo como una opción de vida, donde sea posible la ayuda mutua, la solidaridad, el respeto por los otros, otras, participación activa de todas y todos en la planeación, toma de decisiones y puesta en marcha de estrategias alternas, donde se pueda poner al servicio del colectivo las capacidades y potencialidades individuales, que permitan y faciliten la construcción de sociedades más justas e incluyentes.

Se inicia el proceso desde la Parroquia San Luis Beltrán; en este sentido la propuesta era con las CEB’S (Comunidades Eclesiales de Base), grupo de obreros y de salud, desarrollar un proyecto de vida colectivo, este proyecto no fue posible porque las familias muchas tenían sus hijos estudiando en la ciudad y no quisieron trasladarse al campo. Así mismo se proponía posibilitar a los jóvenes, niñas y niños que pertenecían a los diferentes grupos de la casa cultural „El Chontaduro“, un espacio para el proceso formativo socio político, aprender a cuidar la naturaleza, los animales, como también aprender de la siembra y los cultivos. Actividades que se llevaron a cabo durante algunos años, luego se continuo con los grupos eco juvenil y eco navideño con la asesoría directa del equipo de trabajo y de apoyo de la Finca El Bosquecillo.

De igual manera, la finca El Bosquecillo fue el lugar de acogida y vivienda de un grupo de jóvenes huérfanos desamparados, los cuales recibían todos los cuidados necesarios: amor, alimentación, educación, salud, recreación. Además de ser parte importante de la vida colectiva, este programa se vio interrumpido por la situación de violencia de grupos armados (guerrilla y ejercito), que en un momento determinado querían reclutar a los jóvenes. Este proceso se llevó a cabo durante los primeros 5 años.

El proceso de estos 25 años ha estado conformado por muchas personas, hombres y mujeres de Colombia, pero también aquellos que desde el exterior han apoyado este proyecto; algunos con su aporte financiero y otros con sus conocimientos y vinculación directa. Tal es el caso de las personas que conforman la Asamblea General y Junta Directiva en Cali y Suiza. Cabe recordar de manera muy especial y con gran cariño a Hans Zgraggen, que tanto nos aportó y quien creía firmemente en este proyecto; los 5 jóvenes del servicio civil (Zivis); jóvenes de Austria y Suiza, que aportaron su tiempo para apoyar las diferentes actividades que se realizan (Voluntariado). Todos, ellos y ellas, incluido un sin número de visitantes europeos, desde distintas orillas son nuestra mayor riqueza y hacen que el Bosquecillo sea el referente con el cual hemos soñado.

Equipo de Apoyo
El equipo de apoyo ha cumplido un papel fundamental en el proceso formativo y talleres que se realizan con los niños, niñas y jóvenes. No obstante, una de las grandes limitaciones; es no contar con el tiempo suficiente para realizar con los jóvenes procesos permanentes, para que se pueda tener con ellos más relación directa en sus barrios y espacios en donde habitan.

Sin embargo, muchas de las personas que, a través de la existencia del grupo, han formado parte del grupo de apoyo, han pasado por el proceso y desde pequeños o pequeñas asisten a los talleres formativos en la finca. Jóvenes como Rafael Sierra que era parte de una de las familias de la Costa Norte de Colombia, vinculadas a la finca que cuando su familia abandono la finca, el prometió que, al cumplir su mayoría de edad, regresaría y así lo hizo y ahora nos acompaña en el proyecto.

Esto ha sido para el equipo finca una de las mayores satisfacciones, ver como se sembró en ellos la semilla de la solidaridad y el compromiso.

Grupo Eco juvenil
Con esta propuesta se ha abordado con los jóvenes, niños y niñas; la importancia de tener conciencia de la problemática, social, económica y ambiental; así también la falta de oportunidades en que viven, por ser parte de los sectores populares, donde la falta de oportunidades, los limita y los pone en desventaja frente a los otros sectores sociales; se les anima a ser críticos, propositivos y activos frente a estas situaciones, como fortalecer su autoestima, su identidad étnica y todos aquellos factores que ayudan a los jóvenes a alejarse de los grupos armados, la droga y de la delincuencia.

Una de las grandes preocupaciones es ver como algunos de los jóvenes, que en algún momento formaban parte del grupo eco juvenil, han caído en manos de grupos delincuenciales y/o la drogadicción.

Otro aspecto de suma importancia para nosotros (as), es apoyar y motivar para que los jóvenes contribuyan a la promoción de la equidad de género, la convivencia pacífica, elementos fundamentales en el desarrollo alternativo al cual le apostamos como proyecto.

Hay una frase dicha por un joven que se quedó incrustada en mi memoria (para mí fue de gran impacto y tristeza):

“Estoy feliz de estar aquí, aquí no siento miedo, me siento seguro, si estuviese en mi barrio estaría con miedo de salir, de ir al colegio, por miedo a que una bala perdida me alcanzara.”
Bani, joven de 12 años de Buenaventura

Encuentros eco navideños
La tradición de celebración es una oportunidad para abordar con jóvenes, niñas, niños y adultos, una visión distinta de la navidad; recordar el sentido real de la navidad, de fortalecer los lazos solidarios entre los jóve- nes y su espiritualidad. De presentar otra mirada en contraposición al consumismo, que en ocasiones lleva a los jóvenes que no tienen recursos para consumir lo que ofrece el mercado a la desesperanza.

Semana Santa
Otro espacio que permite a todos los que acuden a la finca participar de los rituales de esta semana, una fiesta religiosa en la cual se realizan los diferentes rituales religiosos de semana santa.

Igualmente se convoca a las personas de la comunidad para que asistan a las diferentes celebraciones que se realizan. Amadeo asiste a las comunidades vecinas como la Leonera y San Bernardo a celebrar las misas de Semana santa.

Senderos meditativos-reflexivos y/o ecológicos-formativos
Como eje transversal del proyecto de la finca, está el fortalecimiento de la espiritualidad y una de las estrategias que se comparte con todos los grupos que asisten a la finca, es el recorrido meditativo en medio del bosque; en donde se propicia el encuentro con uno mismo y con la divinidad; se motiva a las personas a que disfruten de la naturaleza y en silencio puedan ver, oler y respirar. Guiados por textos que invitan a la reflexión. Actualmente se realiza también el “baño del bosque”.

Cultivos para el autoconsumo y apoyo a grupos
En la finca, se produce alimentos para el auto consumo y para el consumo de los grupos que van a la finca y ayuda a todas las personas que lo necesiten. La agricultura se desarrolla sin el uso de elementos químicos para el control de plagas; se utilizan tanto para abonar como para el control de plagas, control biológico preparados en la misma finca, con los lineamientos de la agroecología y el permacultivo que pretende que todas las actividades que se desarrollen sean amigables con el medio ambiente. En este sentido la finca
El Bosquecillo, ha servido como ejemplo para muchos agricultores de la zona; porque es la única finca del entorno que no utiliza agro tóxicos, ni herramientas agresivas con el medio ambiente.

Talleres de estudio y fortalecimiento del equipo de trabajo y de apoyos
El propósito principal de estos talleres es fortalecer la capacidad del grupo de apoyo y el equipo de la finca y poner en común los lineamientos filosóficos y de espiritualidad que sustentan teóricamente y en la práctica este proyecto de la finca.

Este proceso ha sido de gran importancia, sobre todo para las nuevas familias que se vincularon a la finca y que en su mayoría no había estados involucrados en proceso organizativos y para las cuales esto se les presenta como un reto. Lo que se convierte en determinado momento en obstáculo para su participación en las actividades de la finca. No ocurre lo mismo con los niños y niñas de las familias, quienes sin excepción se adaptan rápidamente y participan en todas las actividades que se desarrollan con los diferentes grupos que visitan la finca o con los cuales interactuamos como proyecto.

Infraestructura
En la infraestructura ha sido posible tener grandes y positivos cambios, que han beneficiado tanto a las personas que viven en la finca, como aquellas que van de visita o a los encuentros y talleres.

Se realizó la construcción de las Cabañas „Edith“ y „Silvia“, donde se alojan personas que desean ir a meditar o alejarse del stress de la ciudad; también esta disponibles para personas de otros países que nos visitan. Así mismo la casa Poli muro ahora llamada „Casa Cornelia“, en memoria de Cornelia Wick, esta casa ha estado destinada a la familia vinculada al equipo de trabajo en la finca.

La casa de grupos o de huéspedes; donde se alojan los grupos que nos visitan y en la cual se pueden alojar hasta 50 personas, acondicionada con todos los servicios.

En los últimos años se logró construir una vivienda, que en la actualidad habitan don Marcos y Gaby del equipo de trabajo de la finca.

Un gran logro en la infraestructura fue la construcción de la piscina, pues los niños, niñas y jóvenes disfrutan mucho de esta actividad.

Los accesos a la finca se han adecuado: fue así como se construyó una huella vial que facilitara el acceso de los vehículos a las instalaciones de la finca, así también como los senderos y caminos internos de la finca; estos facilitan los recorridos meditativos y „baño del bosque“ que se realizan.

Es importante destacar que la energía que se utilizan o se han utilizado en la finca son energías alternativas como: solar, hidrosolar, eólica (la eólica se utilizó por un tiempo, pero en la actualidad no funciona).

Acogida, intercambio y apoyo con otros grupos y organizaciones
En el trascurso de esta etapa de tiempo como organización no hemos estado solos (as); por eso hemos hecho alianza e intercambio con otras organizaciones, que directamente o indirectamente nos han apoyado o a los cuales hemos apoyado.

Es importante mencionar como hemos compartido con la Casa Cultural „Tejiendo Sororidades“; quienes nos apoyan en el fortalecimiento del enfoque del trabajo de género, en los cuales el equipo de la finca y de acompañantes tiene la oportunidad de participar de los seminarios y talleres que permanente preparan.

Los encuentros con „Inocencia en Peligro“ (IEP); es una organización que trabaja con niños, niñas y adolescentes que han sido abusados sexualmente. En estos encuentros se realiza un proceso terapéutico para atender el trauma que estos hechos dejaron en ellos. La finca El Bosquecillo se vincula a este proceso prestando el espacio, para realizar este proceso y aportando en la parte de fortalecimiento de la espiritualidad por intermedio de Amadeo y la parte ecológica con el equipo de la finca.

Campamento de Andreas Loos (comunidad de cristianos), quienes asisten 2 veces al año, con un grupo aproximado de 30 adolescentes, hombres y mujeres que pertenecen a sectores populares de Cali y que se encuentran el alto riesgo. Con ellos se trabaja, música, teatro, manualidades, arte y la parte espiritual; los campamentos tienen una duración de 15 días cada campamento.

En el principio del proyecto de la finca se contó con la asistencia técnica agropecuaria de la Umata (Unidad Municipal de Asistencia Técnica), quienes dieron asesoría y asistencia técnica al equipo de trabajo de para cultivar sin el uso de agrotóxicos.

La retroalimentación de la parte agroecológica se lleva a cabo con estudiantes de la Universidad del Valle, quienes con la dirección de la profesora Carmen Rosa Forero, anualmente acuden a la finca como actividad de final del semestre.

Como ya se mencionó anteriormente, el propósito del Bosquecillo es ser el espacio para todos y todas, por eso permanentemente diferentes iglesias realizan sus encuentros y algunas actividades religiosas aquí.

El Colegio de Felidia, quien tuvo estudiantes en práctica en la finca y otros colegios como Gaia, Multipro- paz, Escuela juvenil campesina, que ayudan a reforzar la temática ambiental.

Tiempos de Pandemia: tiempos de zozobra, incertidumbre y perdidas
Por último, deseo terminar esta reflexión con el gran acontecimiento de actualidad: la pandemia que tantos sentimientos encontrados nos produce, sentimos miedo a lo desconocido, fue y sigue siendo una zozobra a nivel mundial.

Sin embargo, el Bosquecillo tuvo el privilegio de que la señora Cornelia Wick, decidiera pasar el fin de sus meses allí; privilegio porque esta mujer que siempre tuvo una vida dedicada a la comunidad, nos inspiró con su entrega. A pesar de lo deteriorada de su salud, nos impartió su fuerza, su capacidad de asombro ante la belleza de la naturaleza; de apreciar todo ese entorno que la naturaleza nos regala y que para la mayoría de nosotros y nosotras pasa desapercibida.

Nos inspiró su valentía, el no rendirse a pesar de la adversidad. Su solidaridad se expresaba en cada acto de sus últimos tiempos, su amor por su familia y por todos los que compartimos sus últimos pasos. Logramos en esos días poner en práctica lo que sería una vida en colectivo, donde cada uno hace su parte en pro del colectivo; compartimos con su familia y la familia de Edy y nos ratificó la idea de que El Bosquecillo es un espacio donde cabemos todos y todas.

Mientras en la ciudad, el mundo urbano parecía se hubiese detenido, en la finca, el ambiente se llenó de cantos, reuniones juveniles, de cantos de pájaros, de comidas compartidas, de brindar y recibir amor de esa mujer tan maravillosa, cuya vida se apagaba lentamente, Que en Paz descanse.

Cali, 21.11.2020

María Elena Benítez Castro